«El miedo es una emoción natural en la infancia; es importante enseñar a los niños a enfrentarlo y superarlo».
Experimentar emociones como alegría, tristeza y asco es algo común tanto en niños como en adultos. A todas ellas se les une el sentir miedo.
El miedo en cualquiera de sus modalidades en la etapa infantil es algo universal estando presente en todas las culturas. Tiene un valor adaptativo que hace que nos pongamos en alerta y así poder protegernos ante posibles riesgos. Por ello, tener miedo es algo positivo y normal.
Diferentes edades. ¿Diferentes miedos?
Los miedos son evolutivos y se consideran normales a cierta edad. Y es que los diferentes estadios del desarrollo conllevan asociados el predominio de unos miedos u otros. Es decir, a medida que el niño va creciendo, va madurando su sistema psicológico (habilidades cognitivas) y biológico; esto hace que cambie el foco hacia lo que teme.
Por tanto, hay temores propios de cada etapa evolutiva. A medida que el niño se desarrolle irán apareciendo y desapareciendo miedos, otros persisten y otros vuelven a con distinta naturaleza.
Los miedos en el primer año
Es a partir de los seis meses de vida cuando el bebé empieza a manifestar el sentimiento de miedo.
1.- A los ruidos fuertes. El sentido del oído es muy importante para el bebé. Al estar en un estado de atención constante, los ruidos inesperados o fuertes hacen que se sobresalte y le creen miedos.
2.- A los extraños. Desde los seis meses y hasta que cumplen los dos años aproximadamente, los bebés atraviesan esta etapa. Este miedo es un estado natural que favorece la evolución y la adaptación del niño a su entorno, y que debemos aceptar. Es decir, no debemos forzar al niño a aceptar a los que rechaza.
Surge de la etapa conocida como angustia de separación, donde el bebé no tiene noción del tiempo ni del espacio, y al salir su figura de apego del campo visual siente miedo de abandono.
Es una etapa en la que el niño prefiere estar solamente con las personas de su máxima confianza. Se puede dar más en unos niños que en otros. Es cuestión de la personalidad del niño. Cuando se aproxima un desconocido el niño se siente desprotegido y se inquieta, sobre todo cuando la conducta del extraño es intrusiva.
3.- Cuando se separa de sus padres. Esta conducta es de valor adaptativo dado que este tipo de ansiedad produce en el niño estrategias para asegurarse que sus padres están cerca y tener protección ante posibles peligros externos.
Es un miedo similar al miedo a los extraños. Desde bebés, los niños reconocen a sus padres y a su figura de apego por el olor, por el tono de voz y ya a los cuatro meses son capaces de reconocer caras. Sabe que son los que cuidan de él y atienden sus necesidades.
Cuando se separa de ellos le entra angustia y llora ya que se siente indefenso.
Es un proceso habitual en el desarrollo del niño.
Qué miedos puede tener un niño de 2 años
En esta etapa, a los miedos que ya existían se les suman otras fobias. Veamos cuales son:
1.- No les gusta la oscuridad. También llamada Nictofobia, se caracteriza por un miedo irracional a la noche o la oscuridad. Este miedo infantil es completamente adaptativo dentro del desarrollo del niño por lo tanto es totalmente esperable y normal en esta etapa.
Cualquier estímulo simple puede hacer que el niño experimente el miedo a la oscuridad. Desde un cuento, una imagen de una película le puede generar miedo e incertidumbre. Además, relacionan la oscuridad con la soledad y el abandono
A todas estas razones se les puede sumar las distorsiones visuales que se dan en entornos oscuros. Los niños al no poder bien en la penumbra dan significados peligrosos a sombras que no ven nítidamente.
2.- Angustia con las heridas. Es un miedo muy común en niños de entre 2 a 5 años. A esta edad los niños quieren saber el porqué de todo y se angustian con facilidad.
Esta angustia no es solo con las heridas propias sino también con lo que les sucede a los demás. Si ven a una persona herida, lo primero que hacen es preguntar que le ha pasado, luego se ponen en su lugar y lo más seguro es que pregunten si puede sucederles lo mismo.
3.- Sigue sin querer separarse de sus padres. El temor a la separación es uno de los miedos más característicos de los niños con un año. Perdura en el tiempo manifestándose de diferentes formas. Una de ellas es la dificultad para despedirse de nosotros cuando tenemos que ausentarnos. Algo muy común que se da, por ejemplo, en el momento de dejar al niño en la guardería.
4.- Se asustan con desconocidos. Este tipo de miedo ya se da desde los seis meses de edad, pero perdura en el tiempo. Eso sí, va perdiendo intensidad para dejar espacio a otro tipo de miedos. Ante este miedo los niños reaccionan de manera natural aferrándose a su figura de apego ante personas desconocidas o las que ha tratado muy poco. Es algo normal y sin carácter extraordinario.
Las gafas, barbas, voces fuertes,… Pueden intimidar al pequeño. Le provocan desconcierto.
5.- Miedo hacia algunos animales. El miedo a los animales suele estar presente desde los dos años y hasta los cinco. Cualquier animal puede ser objeto de temor, siendo perros y gatos los más comunes, y por tanto los más temidos.
El niño no solo teme al animal sino que también temerá lo que pueden hacer. Le pueden arañar, morder, etc.
El niño solo temerá algunos animales y con otros será un «valiente».
Dentro del miedo a los animales también entra el miedo a los insectos. Es muy probable que este miedo llegue a la edad adulta, por tanto, es fundamental que el niño aprenda a distinguir a los insectos inofensivos de los que no lo son
El miedo en niños de 3 a 4 años
A los 3 años el grado de miedos y fobias experimentado por los niños pequeños suele alcanzar su máximo. Su mundo puede verse alterado por temores relacionados con:
1.- Monstruos en la oscuridad. A esta edad su capacidad de razonamiento y memoria aún no tienen suficiente «experiencia vital» para distinguir entre lo real o lo imaginario. La imaginación les juega malas pasadas. Ven criaturas imaginarias, como monstruos o fantasmas en la oscuridad.
Esto sucede por haber experimentado una emoción fuerte ya sea en una película o que haya pasado algo durante el día. Esta experiencia suele ocurrir durante la noche, en la oscuridad que es donde el niño se siente más vulnerable.
2.- Les asusta el daño físico. A esta edad los niños comienzan a querer saber la causa de todo, se angustian con facilidad y se aplican el peligro a sí mismos.
En esta etapa les gusta saltar, trepar, explorar, aunque si sufren alguna caída debido a que aún no son muy ágiles, puede aparecer el miedo a los accidentes y al daño físico. El dolor, la sangre, las heridas tienen mucho impacto en él y le producen una angustia que les deja paralizados.
3.- Miedo a fenómenos naturales como truenos, viento, terremotos, … Tsunamis, huracanes y otros desastres naturales pueden activar miedos en los niños a partir de esta etapa, incluso en niños que no lo han experimentado de cerca y solo lo han llegado a ver por la TV. Estos temores al ser reales son más difíciles de manejar que los miedos debidos a la imaginación.
Al igual que pasa con el miedo a las heridas cuando tienen dos años, los niños se angustian con facilidad y se aplican lo que ven en otros a sí mismos.
4.- Angustia por la separación. En esta etapa persiste el temor a la separación. La dificultad al despedirse de sus figuras de apego perdura en el tiempo
Los miedos a los 5 años
En esta etapa del desarrollo aparecen miedos como:
1.- El miedo a la muerte. A partir de los cinco o seis años el niño empieza a ser más consciente de lo que significa la muerte. Es una etapa donde el niño hace muchas preguntas para lograr comprenderla.
2.- Miedo a las batas blancas. También llamado latrofobia, es un temor muy común en los niños a la visita del médico y, en general, todo lo relacionado con los hospitales.
Es especialmente perturbador en niños que tienen alrededor de 5 años. Para ellos supone una amenaza para su bienestar, al asociarlo al dolor, al miedo a los extraños, miedo a la separación debido a que para algunas pruebas debe estar solo, etc.
Además a esta edad se mantienen muchos de los miedos que aparecieron en etapas anteriores como:
1.- El miedo a la oscuridad. Continúa aquel miedo que empezamos a observar a partir de los dos años. Este es un tipo de miedo adaptativo por ellos ha ido variando a lo largo de su desarrollo por lo que es normal que siga apareciendo. Los pequeños siguen relacionando la oscuridad con la soledad y el abandono.
2.- El miedo a separarse de los padres. Este miedo apareció cuando el niño tan solo tenía seis meses. Fue evolucionando e intensificándose al cumplir los dos años. En esta etapa sigue persistiendo este miedo. Sobre todo lo podemos ver cuando se da la separación al ir al colegio.
3.- El miedo a los animales. Es un miedo que desaparece progresivamente, y que comenzó común miedo injustificado a los animales desde que comienza sobre los dos años.
4.- El miedo a personajes imaginarios o reales como ladrones. Este tipo de miedo lo observamos desde que cumple los tres años. La imaginación le juega malas pasadas y esto hace que después de haber visto una película o escuchado un cuento pueda ver criaturas imaginarias como pueden ser monstruos o fantasmas.
Ya a esta edad lo va a asociando a personajes con un carácter más real, debido a que el niño es más consciente y hace más asociaciones.
En la coctelera entran la imaginación, el temor a seres imaginarios, el miedo a los extraños y su nivel cognitivo que está evolucionando.
El miedo en la etapa de 7 a 8 años
En esta etapa los miedos comienzan a ser menos imaginarios (aunque aún podemos encontrar algunos) y más basados en la realidad.
Cuando los niños tienen entre 7 y 8 años podemos seguir encontrado este tipo de miedos:
1.- Miedo a la oscuridad (nictofofia). Muchas veces este miedo no es a la oscuridad en sí, sino a los riesgos que los niños imaginan que puede haber cuando hay penumbra
2.- Miedo a los animales. Es un miedo que se empieza a desarrollar en la etapa de los 2 años, y puede perdurar como fobia hasta la madurez y, por tanto, podemos encontrarla en esta franja de edad.
Este tipo de miedo es evolutivo, es decir, que lo tenemos de forma innata y, por eso, hace que los niños puedan percibir a los animales como una amenaza. Además, el miedo a los animales puede surgir en algunas ocasiones por malas experiencias, y en otras circunstancias porque los adultos que rodean al niño le transmiten ese miedo.
Se puede desencadenar incluso antes de que el animal esté presente, cuando prevé que se va a encontrar con él, y así evitar el encuentro o huir de él.
3.- Miedo a seres sobrenaturales. Este miedo aparece en la etapa de los 3-4 años y perdura hasta la adolescencia.
El temor a lo sobrenatural está relacionado con la oscuridad, donde adquiere mayor fuerza. Esta oscuridad provoca inseguridad al no ver nada alrededor y ruidos e imaginación puede hacer que el niño crea que hay muchas amenazas «sobrenaturales» alrededor.
Además, este temor puede aparecer por culpa de las amenazas de los adultos para controlar el comportamiento de los niños. Decirles que viene el «coco», por ejemplo.
Además de los miedos que perduran, en esta etapa aparece:
1.- El temor a hacer el ridículo por la ausencia de habilidades escolares, sociales o deportivas. En esta etapa es frecuente ver a niños que no quieren participar en juegos colectivos como deportes o competiciones porque aparece en ellos una creencia de no estar a la altura, o no poder hacerlo tan bien como el resto.
Cuando se dan estas situaciones aparecen pensamientos negativos en los niños que hacen que el pequeño se paralice y se vea débil e incapaz de hacer.
El miedo en niños de 9 a 12 años
En esta etapa hay una disminución significativa, tanto al miedo a la oscuridad y a los seres imaginarios, como al miedo a los animales.
Los niños en la etapa de 9 a 12 años tienen que aprender a manejar sus dificultades. Los miedos son más realistas y específicos:
1.- Posibilidad de accidentes y catástrofes. En esta etapa los niños son muy sensibles a los problemas que puedan ocurrir en la realidad.
A esta edad encuentran dificultades para manejar las demás emociones. Además, no saben bien el rol que desempeñan.
En cuanto la muerte, ya entienden que ellos también van a morir algún día. Aunque creen que eso será́ cuando sean muy mayores, les angustia.
2.- Temor a las críticas. En estas edades la autoestima es muy frágil y esto hace en determinadas situaciones sociales como actuar en grupo sea una dificultad y aparece el miedo a lo que puedan decir y a la valoración negativa por parte de otros.
3.- Temor al fracaso escolar. Este miedo esta también asociado a los problemas de autoestima que se dan en esta etapa. Es posible, además, que el niño sienta ansiedad ante los exámenes y que tenga pensamientos negativos hacia el futuro.
4.- Miedo a la separación de los padres en aquellos casos que el niño percibe un ambiente inestable en la familia. La separación de los padres es una de las situaciones más difíciles a las que se puede enfrentar un niño. Es un miedo muy frecuente a esta edad. Al ver situaciones de tensión el niño tiene ansiedad.
5.- Miedo a la soledad A esta edad la soledad nos da miedo porque nos hace sentirnos indefensos.
Puede darse cuando se quedan en el colegio, ya que aunque estén rodeados de otros y no se sienten aceptados. O en casa, cuando están en su habitación solos pero hay gente en casa.
Cuando preocuparse
La clave está en que los niños aprendan a superar cada miedo en su momento y en la edad a la que aparece. Los padres deben ayudarle para evitar que se queden estancados y que el pequeño vaya acumulando miedos a lo largo de su crecimiento.
Si los miedos persisten, incluso con la ayuda de los padres , es recomendable realizar una consulta con algún experto.